Sin
perder de vista que el material del cual parte Coppola es la adaptación
de una novela; no por ello pierde de vista la responsabilidad que él,
como director, tiene sobre la obra. Para la construcción del cuaderno
parte del libro, porque este tiene anotadas sus primeras reacciones. Es
interesante la importancia que le otorga a las impresiones instintivas
que le surgieron con la lectura. El director utiliza un método que, como
él mismo dice, no le pertenece por completo porque toma ideas de otros
realizadores. Este es el caso del concepto de núcleo, anteriormente
utilizado, como él explica, por Elia Kazan en Un tranvía llamado deseo. Dicho concepto hace referencia a lo que queremos provocar en el espectador y lo que buscamos contar por medio de una escena específica. Se trata de buscar el centro de peso de esta escena, su criterio clave, lo
que bajo ningún aspecto debe perderse de vista. El núcleo es lo que
subyace a la acción. En el cuaderno no hay menciones de cámara, eso será
construido en consecuencia. El trabajo intensivo sobre el libro y las
anotaciones del director convierten al guión en un “documento
innecesario”. El cuaderno de Coppola contiene su más profundo trabajo de
reflexión, además de ser la herramienta de trabajo que el mismo ha
construido a partir de sus necesidades.
En
ocasiones somos conscientes de lo que queremos hacer, pero no así, de
aquello que deseamos evitar. El comentario de Coppola acerca de los
riesgos es fundamental para comprender la importancia de tener control
sobre nuestras limitaciones y tener una idea acabada de lo que no
queremos. Como realizadores debemos dejar siempre la puerta abierta del
set para que el azar ingrese; sin embargo esto debe ser una consecuencia
de nuestra voluntad y no algo fortuito. A todo esto Robert Bresson nos
dice en Notas sobre el cinematógrafo: "... Practicar el
precepto de encontrar sin buscar...". Y añade luego: "... Esto es así
porque hay una mecánica que hace que surja lo desconocido, y no porque
lo haya encontrado antes...".
Finalmente
es interesante rescatar la idea del guión como una cartografía o un
mapa en el cual podemos reconstruir, una vez terminada nuestra obra, el
camino recorrido. Probablemente sea un camino sinuoso y habremos pasado
por zonas de riesgo, pero qué importa mientras sea nuestro camino, una
de las tantas forma de hacer sensible las emociones contenidas en
nuestro cuerpo.
Mariano Fernandez - Alberto Sorianello
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