Lo más importante es tener una visión. Luego hay que empuñarla y retenerla en la memoria. No hay ninguna diferencia, si se está escribiendo el guión del filme, o el plan de producción, o pensando en la solución de un detalle particular.

Se debe ver y sentir lo que se está pensando. Se debe ver y empuñar. Se debe reservar y fijar en la memoria y los sentidos. Y finalmente se debe realizar inmediatamente.

Serguei Einsenstein

“Notas desde la mesa de trabajo de un director.”

(Durante la filmación de” Iván el Terrible”)

miércoles, 22 de mayo de 2013

Sobre el cuaderno de El Padrino

Sin perder de vista que el material del cual parte Coppola es la adaptación de una novela; no por ello pierde de vista la responsabilidad que él, como director, tiene sobre la obra. Para la construcción del cuaderno parte del libro, porque este tiene anotadas sus primeras reacciones. Es interesante la importancia que le otorga a las impresiones instintivas que le surgieron con la lectura. El director utiliza un método que, como él mismo dice, no le pertenece por completo porque toma ideas de otros realizadores. Este es el caso del concepto de núcleo, anteriormente utilizado, como él explica, por Elia Kazan en Un tranvía llamado deseo. Dicho concepto hace referencia a lo que queremos provocar en el espectador y lo que buscamos contar por medio de una  escena específica. Se trata de buscar el centro de peso de esta escena, su criterio clave,  lo que bajo ningún aspecto debe perderse de vista. El núcleo es lo que subyace a la acción. En el cuaderno no hay menciones de cámara, eso será construido en consecuencia. El trabajo intensivo sobre el libro y las anotaciones del director convierten al guión en un “documento innecesario”. El cuaderno de Coppola contiene su más profundo trabajo de reflexión, además de ser la herramienta de trabajo que el mismo ha construido a partir de sus necesidades.
En ocasiones somos conscientes de lo que queremos hacer, pero no así, de aquello que deseamos evitar. El comentario de Coppola acerca de los riesgos es fundamental para comprender la importancia de tener control sobre nuestras limitaciones y tener una idea acabada de lo que no queremos. Como realizadores debemos dejar siempre la puerta abierta del set para que el azar ingrese; sin embargo esto debe ser una consecuencia de nuestra voluntad y no algo fortuito. A todo esto Robert Bresson nos dice en Notas sobre el cinematógrafo: "... Practicar el precepto de encontrar sin buscar...". Y añade luego: "... Esto es así porque hay una mecánica que hace que surja lo desconocido, y no porque lo haya encontrado antes...".
Finalmente es interesante rescatar la idea del guión como una cartografía o un mapa en el cual podemos reconstruir, una vez terminada nuestra obra, el camino recorrido. Probablemente sea un camino sinuoso y habremos pasado por zonas de riesgo, pero qué importa mientras sea nuestro camino, una de las tantas forma de hacer sensible las emociones contenidas en nuestro cuerpo.    

Mariano Fernandez - Alberto Sorianello

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